miércoles, 13 de febrero de 2019

ROSQUILLAS DE LICOR DE MANDRAGORA

Hoy os presento una receta con un toque especial y ese se lo da el licor de Mandragora....dicen, cuentan, se rumorea, que la mandragora es una planta alucinogena y que las brujas de zugarramurdi hacian una pocion con ella para sus "vuelos".
Os puedo asegurar que el licor no tiene esos "poderes" esta riquisimo y a las rosquillas le queda de lujo, pero tambien podeis excluirlo y hacerlo sin ello.


Ingredientes:
Licor de Mandrágora (yo he utilizado el que veis en la foto de Ordoki)
600 gr. aprox de harina (puede ser un poquito mas)
1 sobre de levadura en polvo
3 huevos
200 gr. de harina
1/2 tacita de aceite de oliva virgen extra (yo utilice de variedad Arroniz - es suave de sabor-)
Almíbar casero (1 tacita de azúcar y media tacita de agua)

En un bol batimos los huevos con el azúcar, metiendo un poco de aire para que quede esponjoso. Incluimos el aceite. Mezclamos todo bien.
Añadimos un buen chorrito de licor (al gusto y opcional ya sabéis), volvemos a mezclar.
Añadimos 500 gr. de harina y la levadura y vamos removiendo poco a poco hasta ir incorporando todo y que la masa vaya quedando homogénea.
El resto de la harina la vamos incorporando segun veamos que necesitamos. Nos tiene que quedar una masa suelta y no pegajosa.
Terminamos amasando para ligar bien toda la masa.
Una vez la tengamos en su punto, la tapamos en el bol con un paño y dejamos a temperatura ambiente reposando una hora. En un lugar que sea fresco (evitar que este cerca de puntos de calor).
Pasado este tiempo haremos las rosquillas.
Tomaremos pequeñas porciones a las que le daremos forma de rosquillas y las iremos poniendo en una placa de horno cubierta con papel de horno (estas rosquillas no se fríen).
Precalentamos el horno a 185º y las horneamos durante 18 min. aprox. Esto depende un poco del horno.
Cuando las saquéis estarán un poquito blandas, pero según se van enfriando se enduren para quedar crujientes, por eso es importante no pasarse en el horneado.
Una vez estén frías o al menos templadas, las barnizamos con el almibar que hemos preparado calentando en una cazo el azúcar y el agua (según las proporciones que indique) y justa hasta que llegue casi a hervir.
Dejamos que se sequen y ya estarán listas para comer.


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