Ya esta terminando la época de las naranjas, pero hace poco nos regalaron una buena barquilla y no podía dejar pasar la oportunidad sin hacer estas riquisimas rosquillas de naranja. El toque que le da me encanta.
A pesar de ser un cítrico como el limón, que es mas empleado en las rosquillas tradicionales, estas son algo mas dulces, también porque van embadurnadas con azúcar y eso pues que queréis que os diga, que le da su toque...así que vamos con la receta. Ah y prepararos para amasar porque sale una buena cantidad.
Ingredientes:
El zumo y ralladura de 2 naranjas
3 huevos camperos
100 gr. de azúcar
150 ml. de aceite de oliva virgen extra (variedad arbequina)
1,5 kg de harina aproximadamente
2 sobres de gasificante (10,5 gr en total) depende marcas
Para embadurnar o rebozar las rosquillas utilizaremos azúcar blanca normal.
Aceite de oliva virgen extra (para freir)
En un bol ponemos la ralladura y el zumo de las naranjas.
Incluimos los huevos y batimos. Si los huevos son camperos ademas de ser mejores os darán mas color a las rosquillas.
Añadimos los 2 sobres de gasificante y removemos, veréis que el liquido empieza hacer espuma, tranquilos es normal.
Añadimos el azúcar, el aceite (aove) y mezclamos bien.
(Importante que utilicéis de una variedad de aove de sabor mas suave como la arbequina, empeltre, arroniz... las variedades como picual por ejemplo os dará quizás demasiado sabor).
Incluimos la levadura y la harina poco a poco.
Primero podréis ir añadiendo la harina dentro del bol y removiendo para que se vaya formando la masa, pero llegara un momento en que tendréis que pasarla a la mesa (enharinada) y amasar con las manos hasta obtener una masa elástica pero que no se os pegue en las manos ni en la superficie. Ir poco a poco para no pasaros, sino el excedente de harina hará que se os queden secas y duras.
Una vez tengamos la masa lista, ya solo queda ir dando forma a las rosquillas. Tomaremos pequeñas porciones de la masa, las rodaremos en la mesa formando un churro y unimos los bordes para darles la forma.
En una sarten profunda con abundante aceite de oliva virgen extra (aquí si os aconsejo un picual por ejemplo) bien caliente freímos las rosquillas por ambos lados hasta que estén doradas.
Las sacamos a una bandeja con papel absorbente y las vamos embadurnando con azúcar.
Las colocamos en una fuente de servir y ya estarán listas para disfrutar.
Os aguantan bien 4 o 5 dias.